Editorial de El Periódico de Aragón dedicada a ARCOSUR ZARAGOZA publicada el pasado sábado 13 de septiembre de 2025.
Arcosur ultima su despegue
Que el barrio de Arcosur en Zaragoza se vislumbra como el mayor nicho de mercado que ofrece la ciudad para satisfacer la enorme demanda de nuevas viviendas en los próximos años hace tiempo que casi nadie lo cuestiona. Que la capital aragonesa, al igual que otras ciudades en España, está viviendo un despegue inmobiliario desconocido desde los años de la burbuja de 2007 de la mano del impulso decidido de las administraciones, tampoco. Pero en el caso de este espacio del Distrito Sur está ultimando lo que podría considerarse el punto de inflexión definitivo para hacer realidad ese viejo proyecto nacido al calor de la Expo de 2008 que planificó en sus suelos la creación de más de 20.000 hogares. Ahora aún sigue lejos de ese objetivo, pero si fructifica ese acuerdo entre la junta de compensación, el ayuntamiento de la ciudad y el Gobierno de Aragón, en el cual entraría también Ibercaja, permitiría la entrada de la DGA como propietario de suelo y principal motor para levantar nuevos pisos, significará un lanzamiento definitivo de este emplazamiento como espacio de referencia para la construcción de pisos. Es el que más suelo tiene calificado como residencial para hacerlo, está próximo a esa área metropolitana en la que, cada vez más, anidan proyectos de inversión millonarios que, a futuro, supondrán la creación de miles de empleo a poca distancia de donde estarán esas futuras viviendas, y sobre todo es la que más apoyo público va a recibir en los próximos años con esta rúbrica. La entrada del Gobierno de Aragón en Arcosur no es cualquier cosa, casi 20 años después de su concepción, su aterrizaje en este barrio es necesario y relevante, y se aúnan dos ingredientes fundamentales para rubricar ese acuerdo: oportunidad, por la demanda creciente y la capacidad inversora de promotores y constructoras, y músculo económico desde lo público. Solo falta no desaprovechar la ocasión y que todos los actores sean capaces de aportar compromiso y demostrar capacidad de sacrificio.
El buen momento que vive el sector inmobiliario, con empresas locales espoleadas por el desembarco de grandes inversores de fuera, no puede convertir este punto de inflexión para Arcosur en un empuje fallido. Así sería si, por ejemplo, los grandes tenedores de suelo deciden aprovechar la apuesta de la DGA por ser un actor protagonista para obtener suculentos ingresos pensando, como otras veces, que los recursos públicos son ilimitados. Esto convertiría esta apuesta en una oportunidad de hacer caja para sus propios beneficios. También el Gobierno de Aragón asume sus riesgos, pero este impulso haciéndose con terrenos donde levantar más viviendas en menos tiempo no puede olvidar en ningún caso que la VPO debe ser protagonista en este macroespacio de Zaragoza, hoy y siempre. Y el ayuntamiento, el encargado de facilitar la construcción de miles de viviendas y de poner todas las herramientas urbanísticas al alcance de este nuevo promotor público, también está obligado a medir los pasos que se dan a la hora de fijar límites, o eliminarlos. Sobre todo de cara a evitar una planificación desordenada de unas obras de urbanización que empezaron sin tener fases y que acabó ordenándose para que su desarrollo tuviera cierto sentido. Ahora esta decisión parece haberse convertido en un freno. Pero ya se sabe que a veces las prisas traen consecuencias irreparables.